El pezón invertido, también conocido como pezón retraído, es una condición mamaria en la cual el pezón se encuentra hacia adentro en lugar de sobresalir en forma natural. Aunque no representa un riesgo para la salud, puede causar preocupación estética y dificultades en la lactancia materna. En este artículo, analizaremos las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento del pezón invertido desde una perspectiva objetiva.
Causas
Existen varias causas que pueden predisponer a una persona a tener pezones invertidos. Entre ellas, se encuentran:
1. Factores genéticos: El pezón invertido puede ser hereditario y transmitirse de generación en generación.
2. Adherencias de la piel: Algunas personas pueden presentar adherencias entre la piel del pezón y el tejido mamario subyacente, lo que provoca su retraimiento.
3. Desarrollo mamario incompleto: En ocasiones, el pezón no se desarrolla completamente durante la pubertad, lo que puede resultar en su inversión.
Síntomas
El síntoma principal del pezón invertido es la retracción del pezón hacia adentro en lugar de sobresalir. Sin embargo, es importante distinguir entre el pezón invertido natural y el pezón invertido adquirido. El primero es una variante anatómica normal, mientras que el último puede ser indicativo de un problema subyacente, como un tumor mamario. Otros síntomas asociados pueden incluir:
1. Dolor o sensibilidad en el pecho.
2. Cambios en el tamaño o forma de la mama.
3. Secreción anormal por el pezón.
Diagnóstico
El diagnóstico del pezón invertido se realiza mediante la observación clínica y la exploración física. El médico evaluará la posición del pezón, su capacidad de protruir y cualquier otro síntoma asociado. Además, puede ser necesaria la realización de pruebas complementarias, como una mamografía o una ecografía mamaria, para descartar la presencia de anormalidades en el tejido mamario.
Es fundamental diferenciar el pezón invertido natural de aquellos casos adquiridos que requieren mayor atención médica y seguimiento. Ante cualquier duda, se recomienda acudir a un especialista.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, el pezón invertido no requiere tratamiento médico, ya que no representa un riesgo para la salud. Sin embargo, si la inversión del pezón provoca problemas estéticos o dificultades en la lactancia materna, se pueden considerar las siguientes opciones de tratamiento:
1. Ejercicios de expansión del pezón: Se pueden realizar técnicas de masaje y tracción para intentar estimular la protrusión del pezón.
2. Dispositivos de succión: Algunos dispositivos, como los extractores de pezones, pueden ayudar a invertir el pezón de forma temporal o permanente.
3. Cirugía correctiva: En casos severos o persistentes, se puede optar por una cirugía para liberar las adherencias y permitir que el pezón se proyecte hacia afuera.
Es importante destacar que el tratamiento debe ser individualizado y discutido con un médico especialista en cirugía plástica o mastología.
Conclusiones
En resumen, el pezón invertido es una condición mamaria que puede tener diversas causas y síntomas. Aunque generalmente no representa un problema de salud, puede generar preocupaciones estéticas y dificultades en la lactancia materna. El diagnóstico se basa en la evaluación clínica y en pruebas complementarias, si es necesario. El tratamiento puede incluir ejercicios de expansión, dispositivos de succión o cirugía correctiva, dependiendo de la situación individual. Siempre es recomendable consultar con un profesional médico para un diagnóstico y plan de tratamiento adecuados.
Referencias:
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