El nevo displásico, también conocido como nevo atípico, es una lesión cutánea que puede ser preocupante debido a su apariencia y el riesgo asociado de desarrollar melanoma. Esta condición es común en todo el mundo, incluyendo México, y es importante comprender sus características y los cuidados necesarios para mantener la salud de la piel.
Características del nevo displásico
El nevo displásico se caracteriza por su apariencia atípica, con bordes irregulares y tamaño variable. Estas lesiones tienden a tener diferentes tonalidades de marrón y pueden presentar áreas de coloración más oscura. Además, su superficie puede ser rugosa o escamosa.
Por lo general, los nevos displásicos son más grandes que los lunares normales y pueden tener un diámetro superior a 6 milímetros. Estas lesiones suelen aparecer en áreas expuestas al sol, como la espalda, el pecho y las extremidades, pero también pueden encontrarse en áreas cubiertas de la piel.
Riesgo de melanoma
Una de las principales preocupaciones con el nevo displásico es su asociación con un mayor riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más peligroso de cáncer de piel. Aunque la mayoría de los nevos displásicos permanecen benignos, algunos pueden volverse cancerosos con el tiempo.
Es esencial realizar un seguimiento constante de los nevos displásicos y controlar cualquier cambio en su apariencia, ya que el desarrollo de nuevos colores, crecimiento rápido, sangrado o picazón pueden ser señales de malignidad. Ante cualquier sospecha, se debe acudir a un dermatólogo para una evaluación más precisa.
Factores de riesgo y prevención
Si bien no se conocen las causas exactas del nevo displásico, se cree que una combinación de factores genéticos y exposición al sol desempeñan un papel importante en su desarrollo. Aquellos con antecedentes familiares de esta condición cutánea o melanoma tienen un mayor riesgo de desarrollar nevos displásicos.
La mejor manera de prevenir la formación de nevos displásicos o reducir el riesgo de que se vuelvan cancerosos es evitar la exposición excesiva al sol y proteger la piel de los rayos UV. Esto incluye el uso de protector solar de amplio espectro, ropa protectora y sombreros, y evitar las horas pico de radiación solar.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico preciso del nevo displásico solo puede realizarlo un dermatólogo mediante una evaluación visual y, si es necesario, una biopsia de la lesión sospechosa. Una vez confirmado el diagnóstico, se puede decidir el mejor enfoque de tratamiento.
En la mayoría de los casos, los nevos displásicos no requieren tratamiento activo, pero se recomienda un seguimiento regular y la vigilancia de los cambios. Si se sospecha malignidad, se puede optar por extirpar quirúrgicamente el nevo. En casos raros donde se ha desarrollado melanoma, se pueden recomendar tratamientos adicionales, como la cirugía de cáncer de piel o terapia adyuvante.
Conclusión
El nevo displásico es una condición cutánea común pero preocupante debido a su asociación con el melanoma. Es fundamental comprender las características de los nevos displásicos, así como las medidas de prevención y vigilancia necesarias para mantener la salud de la piel. Si se detectan cambios sospechosos en un nevo displásico, se debe buscar atención médica de inmediato para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Referencias:
1. Sociedad Mexicana de Dermatología (2021). Nevo displásico. Recuperado de: https://www.dermatologiamexico.org.mx/index-2.php#birthmarks
2. Skin Cancer Foundation (2021). Atypical Moles. Recuperado de: https://www.skincancer.org/skin-cancer-information/atypical-moles/
3. American Academy of Dermatology (2021). Dysplastic Nevus. Recuperado de: https://www.aad.org/public/diseases/bumps-and-growths/dysplastic-nevi