Los masajes son una técnica terapéutica ampliamente utilizada para aliviar el dolor, relajar los músculos y mejorar la circulación sanguínea. Sin embargo, cuando los masajes son realizados de forma incorrecta o por manos inexpertas, pueden acarrear consecuencias negativas para la salud. En este artículo, analizaremos detalladamente las posibles consecuencias de los masajes mal hechos, desde un enfoque objetivo y basado en la evidencia científica.
1. Lesiones musculares
Un masaje realizado de manera brusca o aplicando demasiada presión puede causar microlesiones en los tejidos musculares. Estas lesiones pueden manifestarse como dolores musculares intensos, rigidez y disminución de la flexibilidad. En casos más graves, puede producirse una lesión muscular más severa, como un desgarro, que requerirá un tratamiento médico adecuado.
Además, los masajes aplicados de forma incorrecta en áreas específicas del cuerpo, como la columna vertebral, pueden provocar lesiones en los discos intervertebrales, hernias o protrusiones discales.
2. Empeoramiento de lesiones existentes
Si se realiza un masaje sobre una lesión preexistente sin tener en cuenta las características y necesidades específicas de la misma, se corre el riesgo de empeorar la condición. Por ejemplo, un masaje inadecuado en una articulación con tendinitis puede incrementar la inflamación y el dolor, prolongando la recuperación y dificultando el proceso de curación.
3. Irritación de la piel
Una técnica incorrecta en el uso de los diferentes productos y aceites utilizados durante el masaje puede ocasionar irritaciones en la piel. Esto puede manifestarse como enrojecimiento, picazón, descamación o incluso la aparición de una erupción cutánea. Las personas con piel sensible o alergias previas son especialmente susceptibles a este tipo de consecuencias.
4. Infecciones
Otro riesgo asociado a los masajes mal hechos es la posibilidad de infecciones. Si se utiliza material no esterilizado o se aplican técnicas inadecuadas de higiene, se puede transmitir bacterias, virus u otros patógenos a través del contacto directo con la piel. Esto puede dar lugar a infecciones cutáneas, como foliculitis, o incluso infecciones más graves, como celulitis o tétanos.
5. Problemas circulatorios
Los masajes mal realizados pueden afectar la circulación sanguínea de manera negativa. Por un lado, una presión excesiva sobre los vasos sanguíneos puede dificultar el flujo sanguíneo, causando entumecimiento, hormigueo o incluso la formación de coágulos. Por otro lado, masajes aplicados en zonas con trombosis o varices pueden romper los coágulos y desencadenar problemas más graves.
6. Dolor a largo plazo
Un masaje inadecuado, especialmente cuando se realiza con demasiada fuerza o de forma brusca, puede causar daños a largo plazo en los tejidos musculares y articulaciones. Esto puede resultar en dolor crónico que se prolonga más allá del período de recuperación esperado.
7. Problemas psicológicos
Los masajes mal hechos pueden tener consecuencias negativas a nivel psicológico. La falta de habilidad y conocimiento del masajista puede generar ansiedad, estrés y frustración en la persona que recibe el masaje, lo que contrarresta los supuestos beneficios terapéuticos.
8. Pérdida de confianza
Cuando un masaje se realiza con falta de profesionalidad y causa daños o molestias, la persona puede perder la confianza en los terapeutas y en la técnica en sí. Esto puede llevar a evitar futuros masajes, incluso cuando se necesitan para el tratamiento de dolencias específicas.
En conclusión, los masajes mal hechos pueden tener una serie de consecuencias negativas para la salud. Es fundamental acudir a masajistas profesionales y cualificados, quienes posean los conocimientos adecuados y sigan las prácticas de higiene y seguridad necesarias para asegurar un masaje efectivo y seguro para el paciente.
Referencias:
1. Fernández-González, A., Stuardo-Córdova, D., García-Mendizábal, M. J., & Ferragut-Garcías, A. (2020). Conclusions: Massage-Modified Recovery Strategies. In Sports Massage (pp. 133-144). Springer, Cham.
2. Moraska, A. (2017). Sports massage for the cervical spine. In Clinical Guide to Sports Injuries (pp. 617-625). Springer, Cham.