La carboxiterapia es un tratamiento estético que utiliza dióxido de carbono (CO2) como agente terapéutico para mejorar la apariencia de la piel. Esta técnica, que ha ganado popularidad en los últimos años, ofrece numerosos beneficios para quienes buscan una piel más firme y saludable. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la carboxiterapia, cómo funciona, sus aplicaciones, resultados y posibles riesgos.
¿Qué es la carboxiterapia y cómo funciona?
La carboxiterapia es un procedimiento no quirúrgico en el cual se introduce CO2 médico en los tejidos cutáneos mediante pequeñas infiltraciones con agujas finas. El CO2 estimula la circulación sanguínea y linfática, mejorando la oxigenación de las células y la eliminación de toxinas. También estimula la producción de colágeno y elastina, sustancias responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
Además de su efecto en la piel, la carboxiterapia también puede ser utilizada para tratar diversas afecciones médicas, como la enfermedad vascular periférica, úlceras cutáneas y cicatrices.
Aplicaciones de la carboxiterapia
La carboxiterapia se utiliza principalmente en el ámbito estético para tratar diferentes problemas de la piel, entre los que se incluyen:
1. Celulitis: la carboxiterapia mejora la apariencia de la celulitis al aumentar la circulación y promover la eliminación de grasa acumulada.
2. Estrías: el CO2 ayuda a regenerar el tejido en las áreas afectadas por las estrías, promoviendo su disminución y atenuación.
3. Flacidez de la piel: la estimulación de la producción de colágeno y elastina ayuda a tonificar y reafirmar la piel, reduciendo la flacidez.
4. Arrugas y líneas de expresión: la carboxiterapia puede suavizar las arrugas y líneas de expresión al mejorar la calidad de la piel y estimular su regeneración.
5. Ojeras: el CO2 tiene efecto vasoconstrictor, lo que ayuda a reducir la prominencia de las ojeras y mejorar la apariencia del contorno de ojos.
Resultados y duración del tratamiento
Los resultados de la carboxiterapia son generalmente visibles después de algunas sesiones de tratamiento. Sin embargo, el número exacto de sesiones necesarias variará según cada paciente y la condición a tratar. En promedio, se recomienda un mínimo de 6 sesiones para obtener resultados satisfactorios.
La duración de cada sesión suele ser de aproximadamente 30 minutos a una hora, dependiendo de la zona a tratar. Durante el procedimiento, es posible experimentar una sensación de calor o presión en el área tratada, pero la mayoría de los pacientes la toleran bien y no requieren anestesia.
Riesgos y consideraciones
Aunque la carboxiterapia es generalmente segura, es importante tener en cuenta algunos posibles riesgos y consideraciones:
1. Infecciones: existe un riesgo mínimo de infección en el lugar de las infiltraciones, por lo que es importante realizar el tratamiento en un entorno estéril y con profesionales capacitados.
2. Reacciones adversas: en raras ocasiones, pueden presentarse reacciones adversas como dolor, hinchazón, hematomas o cambios en la pigmentación de la piel. Estos efectos secundarios suelen ser temporales y desaparecen en poco tiempo.
3. No apto para todos: la carboxiterapia no está recomendada para mujeres embarazadas, personas con enfermedades cardiovasculares graves o aquellos que tienen una tendencia a la formación de queloides.
Referencias
1. Aguiar Jr., L., de Azevedo, R. A., Ferreira, L. M. (2010). Carboxytherapy for treatment of cellulite. Anais Brasileiros de Dermatologia, 85(4), 375-380.
2. Chemello, C., Casasco, M., Russo, E. (2021). Carboxytherapy for aesthetic purposes. World Journal of Dermatology, 10(1), 1-7.
3. Figueiredo, V. M., Barros, A. M., Piñeiro-Maceira, J., Baptista, A. (2010). Carboxytherapy: what's new? Journal of Cosmetic and Laser Therapy, 12(2), 84-87.